UN APUNTE NECESARIO

ACTUALIZACIÓN:¿Te apetece estar al día de las mentiras de Rafael López Guerrero, pero no tienes tiempo? Bueno, pensando en ello, AUDIOESPAI ha tenido la generosidad de convertir en audio los cinco primeros artículos dedicados a este personaje. Gracias.

Capítulos 1 y 2: http://alturl.com/cex7r
Capítulos 3 y 4: http://alturl.com/ofavi
Capítulo 5: http://alturl.com/5ewzi¿Apetece dedicar una preciosa tarde de agosto a hablar de los demás? Nunca. Pero cosa distinta es cuando los psicópatas trotan libremente, enmerdando todo a su paso.
No, amigos, no estoy hablando de política internacional, ni de visitas papales. Unos y otros son tan evidentes como el sol al mediodía. En esta ocasión, como ha venido ocurriendo en los últimos tiempos, me refiero a Rafael López Guerrero (RLG).
¿Qué me motiva a enfocar mis esfuerzos en este sujeto? ¿Venganza, envidia, campaña publicitaria? Ojala alguna de esas tres posibilidades fuera el motor de mi motivación, aunque ello dijera muy poco de mi persona. No. Es el mismo compromiso que adquirí con mi conciencia hace más de dos décadas, cuando la edad me permitía ser audaz e ignorante de la seriedad real de mis propósitos, el que me mueve a no callar lo que he visto, escuchado, comprendido.
Ya lo he dicho antes: no hay diferencias substanciales entre el psicópata de alta gama y este analfabeto espiritual, rey tuerto entre súbditos ciegos. Únicamente la magnitud de su alcance destructivo los diferencia, algo que a nadie debiera importar, pues el daño no se mide en cifras; un solo afectado ya justifica que los que me han dicho ‘lo siento, no participo en riñas personales, pues mi preocupación es salvar la humanidad’, se hubiesen preocupado de pararle los pies, caso de Smab.
De estos últimos me avergüenzo con todo mi ser. Me avergüenzo de quienes, en privado, me confirmaron que RLG era un peligro (¿Te acuerdas de nuestra conversación, Jacobo?), y luego callaron como putas; y de quienes prefirieron apartarse y guardar silencio amparados en su filosofía barata de ‘¿quién soy yo para emitir juicios?’. Sabéis quiénes sois: Francisco, Isabel, Charo, Ángela, Antonio… Hubo quien, conociendo bien a RLG dio un paso atrás después de haberse comprometido, como Mitoa. Otros, que me conocen y coincidieron en el diagnóstico de la situación, no han querido mostrar su apoyo a este trabajo por miedo a perder la buena relación con los cómplices de este individuo. También me avergüenzo de vosotros.
También los hay que fueron avisados personalmente; los Eticotakus: Carlos Tapiador, Irene Mollá, Paloma Vela, Jesús Mendieta. Vosotros infravalorasteis las argucias de RLG, aunque yo os informara de ellas, por vuestro bien. Habéis leído el correo que RLG envío en vuestro nombre, acusándome de haberos amenazado telefónicamente, y no habéis tenido la mínima decencia de corresponderme con la verdad, poniendo en su sitio a este mentiroso compulsivo al que habéis amparado con vuestra complicidad. ¿Es mucho pedir que hagáis saber la verdad a quienes se creen (pocos, pero los hay) las mentiras de este desequilibrado? Por supuesto, desprecio enteramente la consideración que tenéis de la ética; fanáticos de la ética… ¡Ja! Nauseas...
Hablamos de un psicópata peligroso, un divulgador de filosofías perniciosas (como blindaje de los de su ralea), un depredador social que usa los más sagrados términos del ser humano sin pudor alguno.
Cierto que la justicia no ha logrado ponerlo entre rejas, que es donde debería estar alguien que, entre otras cosas, se atrevió a llevar ante una jueza a una mujer a la que presentó como su pareja, a fin de dejar por puta a la demandante de medidas cautelares, motivadas por una agresión física. Presentar un testigo falso es un grave delito que no debe quedar impune. Como suele ser habitual, los veredictos judiciales no siempre se corresponde con la justicia.
Como sé que me lee, permítame el lector que la próxima vez que escriba me dirija directamente a él. No hay motivo alguno para andarme con indirectas. ‘Permanece en sintonía’, Rafa, pequeño aprendiz de brujo, pobre diablo, que tengo algo que decirte.