lunes, 17 de octubre de 2011

SIN CONCIENCIA (3)

Dr. Robert Hare
Sin Conciencia – El inquietante mundo de los psicópatas que nos rodean
Without Conscience: The Disturbing World of the Psychopaths Among Us (1993 y 1999)

CAPÍTULO 2
RETRATO ROBOT
La ramificación de la cuestión

Para la mayoría de la gente, la confusión y la incertidumbre que rodean al tema que nos ocupa empiezan con el propio término psicopatía. Esta palabra significa literalmente «enfermedad mental» (de psique, «mente», y pathos, «enfermedad»), y éste es el significado que encontramos en los diccionarios. La confusión aumenta por el uso indebido del término que hacen los medios de comunicación, ya que lo equiparan a «loco»: «La policía advierte de que un psicópata anda suelto» o «El tipo que la mató debe de ser un psicópata».
La mayoría de los investigadores y clínicos usan una acepción muy bien delimitada del término, distinta de las enumeradas anteriormente; saben que la psicopatía no debe entenderse como el resto de las enfermedades mentales. Los psicópatas no están desorientados ni viven en otro mundo. Tampoco experimentan alucinaciones o delirios o el intenso malestar que caracteriza a la mayoría de los trastornos mentales. A diferencia de los sujetos psicóticos, los psicópatas son racionales y se dan cuenta de lo que hacen y por qué. Su conducta es el resultado de una elección libremente ejercida.

Una visión histórica

Uno de los primeros clínicos en escribir sobre psicópatas fue Philippe Pinel, un psiquiatra francés de principios del siglo XIX. Este solía usar el término ‘enfermedad mental sin delirio’ para describir una pauta de conducta caracterizada por una marcada implacabilidad y una completa falta de restricciones, una pauta que él consideraba distinta del «mal que los hombres hacen» de forma ordinaria (…) En su famoso libro, The Mask of Sanity, publicado por primera vez en 1941, Hervey Cleckley llamaba la atención sobre lo que él veía como un funesto problema social, aunque ampliamente ignorado. Escribió con dramático detalle sobre sus pacientes y le dio al gran público la primera exposición detallada de la psicopatía. Por ejemplo, en su libro incluía notas sobre Gregory, un joven con un expediente delictivo larguísimo que no pudo matar a su madre porque no le funcionó el arma en el momento crucial:

Sería imposible describir adecuadamente la carrera de este joven sin escribir cientos de páginas. Sus actos antisociales y la aparente trivialidad de su motivación, así como su incapacidad para aprender de la experiencia para adaptarse y evitar peligros inminentes que cualquiera podría ver, me hacen pensar que es un ejemplo clásico de personalidad psicopática. Creo muy posible que continúe comportándose como lo ha hecho hasta ahora y no conozco ningún tratamiento psiquiátrico que pueda influir en su conducta o ayudarle a adaptarse mejor. (págs. 173-174).

Expresiones como «sagacidad o agilidad mental», «habla de modo muy ameno» o «encanto excepcional» salpican los textos de Cleckley (…) Intercaladas entre sus vivas descripciones clínicas se hallan las propias meditaciones de Cleckley sobre el significado de la conducta psicopática:

El [psicópata] no está familiarizado con los hechos o datos que definen lo que podríamos llamar valores personales. Tiene una gran incapacidad para entender tales temas. Por ejemplo, le es imposible dedicarle el más mínimo interés a la tragedia o a la alegría humana representada en la literatura o el arte. También permanece indiferente a esas mismas emociones en la vida real. Belleza y fealdad (excepto de una manera muy superficial), bondad, maldad, amor, horror y humor no tienen significado para él, no le motivan. Le falta, desafortunadamente, la capacidad de ver que los demás se conmueven. Es como si estuviese ciego para ver el color, a pesar de su inteligencia y su apariencia humana. Además, todo ello no se le puede explicar porque no hay nada en su órbita de atención que se lo pueda hacer entender. Puede repetir las palabras y decir que sí lo entiende, pero ni siquiera él puede darse cuenta de que, en realidad, no entiende (pág. 90).

El libro The Mask of Sanity (La Máscara de la Cordura) tuvo una gran influencia en los investigadores de los Estados Unidos y Canadá durante la segunda mitad del siglo pasado y se convirtió en el marco de referencia de la mayor parte de la investigación científica sobre psicopatología que se llevó a cabo en aquella época. La mayor parte de esta investigación se ha centrado en encontrar lo que mueve o motiva al psicópata. En estos momentos, ya tenemos algunas de las claves para resolver el enigma. En este libro las describimos. Debido a que nuestro conocimiento sobre la devastación que producen los psicópatas en nuestra sociedad va en aumento, la investigación más actual se plantea un nuevo objetivo: el desarrollo de vías fiables para identificar a los psicópatas y así minimizar el riesgo que plantean a los demás (…) Así pues, decidí lidiar con el problema de la clasificación (sobre psicópatas) utilizando no sólo pruebas que rellena el propio sujeto. Para conseguir más datos, reuní a un equipo de clínicos con experiencia en el trabajo de Cleckley. Su tarea consistiría en identificar a los psicópatas auténticos de entre los voluntarios mediante largas y detalladas entrevistas y el estudio cuidadoso de sus expedientes. A esos «evaluadores» les proporcioné la lista de características de la psicopatía de Cleckley para que la usasen como guía. Felizmente, comprobamos que hubo un gran acuerdo entre los clínicos, y los pocos desacuerdos que surgieron fueron resueltos con un pequeño debate.
De todas formas, los otros investigadores y clínicos no podían saber exactamente cómo hacíamos nuestros diagnósticos. Así que mis estudiantes y yo decidimos pasarnos más de diez años mejorando y refinando nuestros procedimientos para detectar psicópatas fuera de la población carcelaria. El resultado fue una herramienta de diagnóstico bastante fiable que cualquier clínico o investigador podía usar y que proporcionaba un perfil de un trastorno de la personalidad llamado psicopatía. A ese instrumento le pusimos el nombre de Psychopathy Checklist. Por primera vez, aparecía un medio de medir y diagnosticar la psicopatía generalmente aceptado y de carácter científico. El Psychopathy Checklist se usa ahora en todo el mundo para ayudar a los clínicos a distinguir, con una eficacia razonable, los auténticos psicópatas de las personas que simplemente se saltan las normas.

Capítulo 3
EL PERFIL: SENTIMIENTOS Y RELACIONES

¿Que si me importan los demás? Ésa es una pregunta difícil. Sí, supongo que sí... pero no dejo que mis sentimientos salgan a la superficie... Quiero decir, soy tan cálido y cariñoso como cualquiera, pero admitámoslo, todo el mundo trata de joderte... Tienes que mirar por ti mismo, aparcar tus sentimientos. Digamos que necesitas algo o... alguien se mete contigo... quizá te intenta timar... te encargas del asunto... haces lo que tienes que hacer... ¿Me siento mal si tengo que herir a alguien? Sí, a veces. Pero la mayor parte de las veces es... bueno [risas] ¿Cómo te sentiste la última vez que aplastaste un chinche?
Un psicópata que cumple condena por secuestro, violación y extorsión.

El Psychopathy Checklist nos permite identificar a los psicópatas con muy bajo riesgo de equivocarnos y distinguirlos de la delincuencia a secas o de meras desviaciones sociales. Sabemos que difícilmente confundiremos a aquellos que sencillamente no respetan la ley con los que tienen el trastorno del que hablamos. También nos proporciona un retrato detallado de la personalidad de los psicópatas a nuestro alrededor. En este capítulo y en el siguiente trataré de describir las características más notables de este trastorno, una por una. Este capítulo trata de los rasgos emocionales e interpersonales de la psicopatía y el capítulo 4 examina el estilo de vida inestable y antisocial de la psicopatía.
Lo que sigue es un resumen general de los rasgos y conductas claves de los psicópatas. No use estos síntomas para diagnosticarse a sí mismo o a los demás. El diagnóstico requiere una formación específica y el acceso al manual de evaluación oficial. Si sospecha que algún conocido suyo tiene el perfil descrito aquí y en el próximo capítulo, es importante que busque y obtenga la opinión de un experto, un psicólogo o un psiquiatra forense (debidamente colegiados).
Por otro lado, tenga en cuenta que personas que no son psicópatas pueden tener algunos síntomas que describimos aquí. Muchas personas son impulsivas, simples, frías, insensibles o antisociales, pero eso no significa que sean psicópatas. La psicopatía es un síndrome: un conjunto de síntomas relacionados.

Mente simple y superficial

Los psicópatas son, muchas veces, ingeniosos y se expresan muy bien. Pueden ser conversadores amenos y divertidos, con respuestas rápidas e inteligentes. Frecuentemente, cuentan historias poco probables, pero de alguna manera nos convencen de su veracidad. Ellos siempre quedan bajo la mejor luz. Pueden ser muy efectivos a la hora de presentarse a los demás encantadores y amables. Para algunos, sin embargo, son demasiado pulidos, se les nota poca sinceridad. Los observadores más astutos suelen tener la impresión de que los psicópatas actúan, que mecánicamente «leen un guión».
Una de mis evaluadoras describió así una entrevista que tuvo con un recluso: «Me senté y saqué mi libreta de apuntes y la primera cosa que dijo fue qué ojos tan bonitos tenía. Durante la entrevista se las arregló para colar algunos piropos: por ejemplo, que mi pelo le parecía increíble. De manera que cuando hube acabado con la sesión, me sentía excepcionalmente... bien, muy guapa. Yo soy una persona suspicaz, especialmente en el trabajo y normalmente puedo detectar un tejemaneje. Cuando salí de allí, no podía creer lo fácilmente que me había manipulado».
Los psicópatas suelen contarnos todo tipo de historias que nos sorprenden a la luz de lo que sabemos de ellos. Es típico que intenten parecer que saben de sociología, psiquiatría, medicina, psicología, filosofía, poesía, literatura, arte o derecho. Una característica de este rasgo es que muchas veces se muestran como si no les importase que les descubran. Uno de nuestros informes describe a un recluso psicópata que afirmaba tener títulos de posgrado en sociología y psicología, cuando lo cierto es que no había acabado ni la secundaria. La mentira surgió durante la entrevista con una de mis estudiantes, que estaba realizando un doctorado en psicología; mi colaboradora nos informó después de que el interno parecía tan seguro de sí mismo a la hora de usar la terminología y los conceptos de la psicología que cualquiera no familiarizado con esta disciplina hubiese quedado impresionado. Es común encontrar entre los psicópatas variaciones sobre ese tipo de engaño: el del «experto».
En su libro Echoes in the Darkness (Ecos en la oscuridad), Joseph Wambaugh describe con habilidad a un profesor psicópata, William Bradfield, capaz de engatusar a todo el mundo con su aparente erudición. A casi todo el mundo, en realidad. Aquellas personas con algún conocimiento en las disciplinas que Bradfield decía dominar le descubrían rápidamente. Una de esas personas decía de él: «Sus dos primeras frases sobre cualquier tema son buenas, pero va no da para más».

Personalidad egocéntrica y presuntuosa

Los psicópatas se presentan muchas veces de manera arrogante y fanfarrona, seguros de sí mismos, dogmáticos, dominantes y chulos. Les encanta tener poder y control sobre los demás y parecen incapaces de creer que los otros tienen opiniones válidas. Pese a todo, algunas personas creen que son individuos carismáticos o «electrizantes».
Los psicópatas raramente se avergüenzan de sus problemas legales, financieros o personales. Más bien los ven como baches temporales, resultado de la mala suerte, de amigos traicioneros o de una sociedad injusta o incompetente.
Los psicópatas piensan que sus habilidades les permitirán alcanzar cualquier objetivo que se propongan. Si se dan las circunstancias necesarias —oportunidad, suerte y víctimas propiciatorias— su pomposidad les da buenos resultados. Por ejemplo, es un hecho que el psicópata empresario suele pensar «a lo grande», pero con el dinero de los demás.

Falta de remordimientos o culpa

Los psicópatas muestran una increíble falta de interés por los devastadores efectos que sus acciones tienen en los demás. Frecuentemente, lo admiten sin tapujos: no tienen sentimientos de culpa. No se arrepienten en absoluto del dolor y la destrucción que han causado y afirman que no hay razón para preocuparse (…) Por otro lado, los psicópatas a veces verbalizan cierto remordimiento, pero después se contradicen con sus acciones o incluso con declaraciones posteriores.
La falta de remordimiento o culpa de los psicópatas está asociada con una notoria habilidad para racionalizar su conducta y así zafarse de la responsabilidad de sus acciones. Prácticamente en todos los casos causan aflicción a sus familias, amigos, compañeros y, por supuesto, a sus víctimas, pero ante esa evidencia, presentan excusas y, en algunos casos, niegan que haya sucedido nada.

Si el lector desea descargar The Mask of Sanity (en inglés), AQUÍ.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Humm...Magistral, de nuevo. Tu exposición es impecable.
Pero, ¿sabes?. De vez en cuando estos "seres" se topan con personas no tan estúpidas que los cazan a la legua. Y los ponen a prueba, por que en el fondo, "alguno" es muy estúpido. Pero muy, y descubres que es muy divertido hacerles creer que les crees. ¿Entiendes?.
No me tomo el tema a broma, pero hay que darles una lección, aunque no la quieran aprender. Pero que sepan, que aquí el más tonto hace relojes. Que se anden con más cautela.
De hecho, tu, Tavo, eres el mejor ejemplo.
En el fondo, son unos tontos y unos pobres desgraciados. Desafortunadamente viven de otros más tontos y más pobres desgraciados que ellos...
Enterrados en vida.
Un saludo.

Anónimo dijo...

Los comentarios de Starviewer es la cosa más absurda y estúpida que he leído jamás. Inconexa.
Eso lo dice todo.

Mario Brown dijo...

Sin ánimo de lucro, veo que el primer comentario del anónimo/a, ha estudiado a fondo el ego.

Veréis. Tavo ha dado en la Diana una y otra vez con el asunto RLG. No sé como lo hace, pero desgraciadamente para algunos, siempre acierta en la diana

El caso es, que la "mierda" siempre sale a flote, más tarde o más temprano. Ya sean aquellos que llevan a cabo y hasta el extremo la psicopatía, o a un nivel más mundano.

Por mi parte, hace ya mucho tiempo ignoré a RLG y su blog placebo. Incluso antes de leer lo que Tavo ha escrito sobre él. No hace falta ser muy avispado para entender que las palabras se las lleva el viento, y casi al tiempo que abrió su blog/web de starviewer, lo seguí.

Recuerdo muy bien, qué me motivó a visitarlo diariamente, pues, se ofrecía en cuerpo y alma para la liberación de la humanidad en cuanto a sus proyectos-inventos. Y esperé 2 años. En esos dos años, le he podido ver en multitud de conferencias hablando del amor, la libertad, la unidad, el cosmos etc etc etc.. palabras bonitas para hipnotizar a la audiencia y simplemente, no decir nada.

De ahí que muchas personas se vean defraudadas por él. No puedo comprender que un doctor escriba y haga copy and paste, como hago yo de otros artículos. Para eso no es necesario prometer nada. Hazlo y punto.

Anónimo dijo...

"Mientras duermes'. El crítico Carlos Boyero habla de la última película de Jaume Balagueró.

http://www.elpais.com/videos/cultura/Mientras/duermes/da/mucho/miedo/elpepucul/20111014elpepucul_1/Ves/

Matuschek & Compañía dijo...

Gracias, Originalthinks. Por cierto, 'De ahí que muchas personas se vean defraudadas por él'...

Mira lo que ha hecho RLG esta tarde: borrar el comentario de una 'defraudada':
http://www.facebook.com/#!/profile.php?id=100000088330279

Anónimo dijo...

Cada cinco horas muere un niño en EEUU por malos tratos

http://blogs.elpais.com/aguas-internacionales/2011/10/cada-cinco-horas-muere-un-nino-en-eeuu-por-malos-tratos.html

Anónimo dijo...

Tavo, eres simplemente GENIAL.

Anónimo dijo...

Me ha impactado lo de "ser impecable": es decir, no tiene ni idea de lo que significa esa palabra o esa actitud. Me recuerda a los mejores momentos de Antonio Ozores en el "1,2,3...". ¿No se habrá equivocado de profesión?

Anónimo dijo...

Dottor, para tu discurso, ya verás cómo los dejas impactados: "Me acusan de no ser impecable, ¿quién me impecabilizará? El impecabilizador que me impecabilice, buen impecabilizador será"

Y el auditorio muerto... a tus pies, chaval...

Solfemar dijo...

Interesante!! Gracias por el artículo.
Siempre recuerden que los profesionales son los mejores capacitados para reconocer un real psicópata, yo he conocido unos cuantos potenciales pero también puede ser que simplemente sean personas que cumplen con algunas de esas características.
Saludos!!

Unknown dijo...

amigo y donde dice que esta el capitulo 4

Matuschek & Compañía dijo...

http://tavojimenezdearmas.blogspot.com.es/2011/11/sin-conciencia-4.html